MUJERES DE PAPEL. PSICOANÁLISIS Y LITERATURA
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Autor: Daniela Fernández (compiladora)
Editorial: GRAMA
Reseña: "La mujer no existe", declara Jacques Lacan, expresando de este modo que no hay universal de la mujer. Es por ello que la mujer sólo puede ser abordada una por una. Descubrirás, a lo largo de estas páginas, algunas mujeres de papel que nos permitieron interrogar las diversas soluciones a la posición femenina, propuestas por escritores de diferentes épocas. Así, verás desfilar a la poderosa, la liberal, la abandonada, la freak, la loca, la curiosa, la burguesa, la hueca y otras. Cada una de ellas vendrá a develarnos una parte de verdad sobre qué es una mujer.
Escribe Graciela Brodsky: "De esas mismas mujeres que con su charla sostienen la órbita celeste, J. Lacan esperaba algo, un decir que tras sus dichos arrojase alguna luz sobre el goce del cuerpo más allá del falo y la castración. Y perdía la paciencia. Y suplicaba de rodillas. Y sólo obtenía un mutis por el foro. Y entonces concluía que de ese goce ellas no sabían nada, salvo que lo sentían… a veces".
Escribe Esthela-Solano Suárez: "Llegando a la última página de este libro me habita un 'Aun', ¡un aún más! Anhelo que traduce el efecto de su lectura, verificando que el ejercicio de los autores, dio en el blanco!.
Editorial: GRAMA
Reseña: "La mujer no existe", declara Jacques Lacan, expresando de este modo que no hay universal de la mujer. Es por ello que la mujer sólo puede ser abordada una por una. Descubrirás, a lo largo de estas páginas, algunas mujeres de papel que nos permitieron interrogar las diversas soluciones a la posición femenina, propuestas por escritores de diferentes épocas. Así, verás desfilar a la poderosa, la liberal, la abandonada, la freak, la loca, la curiosa, la burguesa, la hueca y otras. Cada una de ellas vendrá a develarnos una parte de verdad sobre qué es una mujer.
Escribe Graciela Brodsky: "De esas mismas mujeres que con su charla sostienen la órbita celeste, J. Lacan esperaba algo, un decir que tras sus dichos arrojase alguna luz sobre el goce del cuerpo más allá del falo y la castración. Y perdía la paciencia. Y suplicaba de rodillas. Y sólo obtenía un mutis por el foro. Y entonces concluía que de ese goce ellas no sabían nada, salvo que lo sentían… a veces".
Escribe Esthela-Solano Suárez: "Llegando a la última página de este libro me habita un 'Aun', ¡un aún más! Anhelo que traduce el efecto de su lectura, verificando que el ejercicio de los autores, dio en el blanco!.