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Remus

CONDICIONES DE LA PRÁCTICA ANALÍTICA.

Precio habitual $19.000 CLP
Precio habitual Precio de oferta $19.000 CLP
Oferta Agotado

Autor: SAMUEL BASZ. 

Editorial: COLECCIÓN DIVA.

Reseña: El libro Condiciones de la práctica analítica de Samuel Basz es eminentemente clínico. Pero tal vez su particularidad es que no se restringe a la práctica analítica como su título podría hacer pensar, sino que desde una posición claramente orientada involucra de entrada las consecuencias clínicas que produce la política del psicoanálisis y su lazo con la comunidad analítica. Este libro también podría haberse llamado Los principios de la clínica que se desprenden del pase sin por ello traicionar su contenido, puesto que como los señala Basz, "lo que se verifica como resultado en el fin se eleva, en la clínica, a la dignidad de un principio". Esto permite afirmar que la práctica analítica corresponde a una comunidad epistémica –como denomina a su último trabajo incluido en este volumen- que se incluye en determinada política del psicoanálisis.

La selección de los trabajos no fue arbitraria, como así tampoco sigue una cronología. Como el lector podrá observar en las notas a pie de página al inicio de cada texto, cada uno de ellos fue presentado en un ocasión específica y algunos de ellos incluso fueron publicados ya. Su ordenamiento y elección siguen la lógica que orientan este libro y que en su conjunto comportan lo que se puede llamar las condiciones que permiten el desarrollo de la práctica analítica.

Su estructura se compone de tres partes diferenciadas: "Principios clínicos", "Las perspectiva de la cura analítica" y "La comunidad analítica".

La primera parte comienza con el examen del síntoma analítico y su particularidad en el diagnóstico diferencial. Esto conlleva un desarrollo acerca de la implicación del síntoma y el goce desde Freud a Lacan, puesto que el sujeto en análisis toma su singularidad en su ser de goce. La demostración de esta afirmación es llevada a cabo en la conferencia dictada en Corrientes sobre la perversión que permite diferenciar claramente la posición del sujeto perverso de la del neurótico. Y más específicamente aún, Basz se detiene al final de este apartado en las particularidades del amor en las mujeres.

La segunda parte comienza con el examen del principio de abstinencia freudiano y su transformación en el estándar de la neutralidad analítica por parte de los post-freudianos. Lo neutro desde la perspectiva lacaniana concierne a la subversión del sentido, mientras que del lado del analista se sitúa el deseo del analista y su acto que no tiene nada de neutro. Las enfermedades del sujeto supuesto saber tienen su lugar en esta recopilación en su entrecruzamiento con la ironía que presenta el psicótico. De la psicosis no dejamos de extraer enseñanzas y eso se comprueba en el artículo dedicado a la presentación de enfermos. El estudio del tiempo lógico, por su parte, es retomado por el lado de las entrevistas preliminares. Y como final de esta secuencia, "Los apuntes para la construcción del caso en psicoanálisis" produce un quiasma entre el real incluido en el síntoma analítico, y más allá de la semiología, el real que interviene en la construcción del caso clínico.

El último apartado se ocupa particularmente de la comunidad analítica. Oscar Masotta, y el homenaje que se le hiciera oportunamente tiene, pues, su lugar. La Escuela es el lugar institucional en donde alojamos en nuestra comunidad analítica los resultados de la práctica analítica, y esto posibilita poner en movimiento la transferencia de trabajo. El dispositivo del pase da prueba de ello en la medida en que permite avanzar al psicoanálisis a través de su estudio del final de análisis, y, a la vez, es un dispositivo institucional que responde a determinada política en nuestra comunidad epistémica que responde a la Escuela de Lacan.

Si de algo trata el presente volumen, desde el comienzo al fin, es de psicoanálisis. El lector encontrará algunas respuestas, pero sobre todo, agudas y pertinentes reflexiones sobre la práctica analítica que permite relanzar el trabajo a través del cual, como lo indica Samuel Basz, cada uno de nosotros se hace responsable de nuestra Escuela.

Silvia Elena Tendlarz